viernes, 7 de octubre de 2011

Velas istmeñas. Tehuantepec fue señorío zapoteco, el último Rey fue Cosijopí. Estas son las Velas más famosas de Tehuantepec, en que todas las damas bailan al ritmo de "La Zandunga", la más famosa canción del Istmo.

Las fiestas religioso-profanas llamadas "Velas" son en honor a un santo, una virgen o un héroe. La organización está a cargo de mayordomos con el apoyo de capitanes y "capitanas" , quienes voluntariamente solicitan la festividad. Las Velas comprenden misas, convivencia en casa del mayordomo, regada de frutas (desfile de carretas y carros alegóricos, donde las "capitanas" , vestidas con sus hermosos trajes regionales, tiran frutas y regalos a los concurrentes)Por las noches hay convivencia y baile popular.

Hay diferentes Velas como la Vela Zandunga y la Vela Tehuantepec. La Vela Zandunga se lleva a cabo en una noche de la última semana de mayo. La festividad incluye la coronación de la Reina de la Zandunga y baile popular. La Vela Tehuantepec se lleva a cabo el 26 de diciembre, en un salón de baile, donde todas las mujeres lucen, por regla general, el típico traje de tehuana. Esta Vela, como las otras, son extensivas a los istmeños radicados en otras ciudades del país. Cada una de las Velas está a cargo de un mayordomo. Tienen como finalidad conservar sus tradiciones y que la comunidad istmeña se concentre y conviva con sus allegados.

 
Noche de rábanos
 Es una festividad que se celebra cada 23 de diciembre en el corazón de la ciudad mexicana de Oaxaca, esta es una festividad decimonónica que permanece hasta ahora. Los personajes y animales tradicionales del nacimiento mexicano, pero también escenas de feria y fiestas locales como la celebración del día de los fieles difuntos, la virgen de la Soledad y de Juquila, las fiestas del lunes del cerro y hasta la vuelta ciclista de verano, son representadas por los hortelanos la noche del 23 de diciembre, en la Noche de rábanos, celebrada desde 1897.

Orígenes.

El origen de la Noche de rábanos se remonta a la época colonial, cuando la orden benedictina inculcó a los indígenas zapotecos y mixtecos, sobre todo a quienes servían en las casa de españoles y criollos adinerados, los saberes de la horti y floricultura. Por recomendación de la orden, en 1563 fueron concedidas a los indígenas la tierras colindantes a las haciendas de la Noria y Cinco Señores, para ser cultivadas. Así se fundó el antes pueblo de Las naborías, que luego sería barrio y ahora el fraccionamiento de Trinidad de las Huertas. Desde el siglo XVI, el 23 de diciembre, en la Plaza de Armas de la Vieja Antequera, lo que hoy es el zócalo de la ciudad de Oaxaca, era establecido un mercado para la cena de Navidad. En él se ofrecían pescado salado, frutas de la temporada y vegetales. Los hortelanos de Las naborías llevaban productos, entre ellos rábanos cuyas formas caprichosas sugerían figuras de seres humanos y animales. Los tubérculos eran usados como adorno, para llamar la atención de los compradores, y lo que fue una estrategia de ventas devino a una gran tradición. La primera noche de rábanos fue realizada el 23 de diciembre de 1897, en la Plaza del Marqués.          

 La noche de rábanos actual.
Los artesanos que participan en la Noche de rábanos construyen escenas vinculadas con tradiciones mexicanas y oaxaqueñas como nacimientos, las calendas, las fiestas en honor a la virgen de la Soledad y de Juquila, el día de muertos, los reyes magos… Otras representaciones se relacionan con actividades locales como la Guelaguetza o la escultura de la poeta mayor María Sabina. Es la arborescente creatividad de cada uno de los artistas de los rábanos la que dicta las formas y representaciones. Originalmente solo se empleaban rábanos para realizar las figuras en la vendimia. En la celebración actual también es utilizada la hoja de totomoxtle (la cubierta de la mazorca del maíz) y la flor inmortal. Mientras se va secando adquiere una rigidez que sirve para la hechura de los personajes. Se le llama flor inmortal a una florecilla que crecen en los valles centrales del estado de Oaxaca, que se seca de manera natural conservando su color y forma original, que sirve, igualmente, como adorno. Ya no se venden verduras y otros víveres en el zócalo de Oaxaca la víspera de Navidad. Artesanos de distintos barrios y colonias de la ciudad de Oaxaca compiten para ganar uno de los tres premios monetarios (de entre 14 y 7 mil pesos). El año pasado (2008) fue firmado un convenio entre la dirección de Desarrollo Forestal de la Secretaria de Desarrollo Rural (Seder) y la coordinadora de Turismo Municipal, para la siembra de dos especies de rábanos que serán utilizados por los hortelanos para la hechura de figuras. Las dependencias pronostican cosechar diez toneladas del tubérculo, en una porción de media hectárea de terreno sembrado en los campos experimentales del parque El Tequio. Algunas semanas antes de la celebración, los artesanos acuden a los campos para la cosecha. Aunque hay premios la mayoría de los artesanos participan para mantener viva una tradición y darle expresión a su habilidad manual. A la cosecha acuden familias que ocasionalmente forman grupos vecinales o de amigos, y participan en la fiesta.


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